Es un libro un poco raro, porque debajo del argumento (más o menos de aventuras), habla sobre teología y fe. Aun así me ha gustado mucho porque, aparte de que está muy bien escrito, creo que combina muy bien las partes de la novela en las que hay poca acción y las hace lo suficientemente cortas para que no dejes de leer el libro porque te aburre y lo suficientemente largas como para que no sea una acción trepidante todo el rato, está en un perfecto equilibrio.
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